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Hacer para enseñar

En políticas públicas y gestión pública, no bastan los títulos y los contactos, la experiencia es necesaria para una enseñanza de calidad y acorde con los retos que afronta el país.

Karla Gaviño

Publicado: 2024-08-12


El diseño y la implementación de buenas políticas públicas, son aspectos claves para el desarrollo de un país. Ante los problemas públicos, que afectan a la ciudadanía sea en su conjunto o en grupos poblaciones, es importante desarrollar las estrategias adecuadas e integrales para poder hacerles frente, con un liderazgo en las entidades públicas correspondientes, en complementación con la ciudadanía, el sector privado y la academia.

Una mala identificación del problema o de la necesidad pública, conlleva al diseño de políticas públicas que no van a dar la solución o la atención requerida. Una buena identificación, pero una estrategia de solución incompleta o deficiente, tampoco lo permitirán. Inclusive, si la política pública resulta adecuada, pero la gestión pública necesaria para su implementación no lo es o presenta grandes fallas que no permiten su aplicación correctamente, tampoco permitirá el logro de los objetivos buscados.

En el Perú, la gestión pública enfrenta una pendiente decreciente continua, que inició en el 2016 con una fuerte salida de servidores públicos experimentados del Sector Público, teniendo sus momentos de intentos al retorno a la meritocracia durante el 2018 hasta mediados del 2021, momento a partir del cual, la tecnocracia nuevamente se ha visto afectada, dejando a muchas entidades públicas sin la memoria y el conocimiento institucional de cómo hacer las cosas. 

El retroceso es evidente para los ciudadanos, basta revisar el incremento de las demoras en la atención de servicios a cargo del Estado, la ausencia de políticas públicas eficientes en aspectos donde se habían logrado avances, entre otros.


El valor público puede ser destruido mucho más rápido de lo que toma crearlo o en nuestro caso, recuperarlo. Para afrontar esta situación, se requiere dotar a los jóvenes que van a ingresar a trabajar en el estado, así como a los funcionarios que permanecen en él, de las herramientas necesarias basadas tanto en conocimiento doctrinario como en experiencia. Para saber aprovechar de esa trasferencia de conocimientos conjunta que es la enseñanza, donde se combinan la experiencia del profesor y el querer saber del alumno.

Cuando los profesores entregan su conocimiento a sus estudiantes, para que puedan generar valor público, repetir las experiencias de éxito mejorándolas, aprovechar los espacios donde la puesta en práctica les demostró lo que faltó para complementar o mejorar una reforma determinada, es cuando tenemos especialistas entregando el know how de su vida profesional para formar capital humano que pueda sacar adelante al país.

Nadie mejor que un ex funcionario de larga trayectoria especializado en la materia que tenía a su cargo, puede explicar cómo hacer para aprovechar los logros obtenidos, recuperarlos, mejorarlos, e inclusive para explicar que hizo falta para obtener mejores resultados y porqué, asimismo, de las fallas en la implementación de políticas públicas se pueden sacar lecciones aprendidas que ellos conocen mejor que nadie.

Una forma creciente de hacerle daño al país, es pretender enseñar políticas públicas y gestión pública sin nunca haber estado a cargo de la implementación de como mínimo una reforma importante como funcionario público, asumiendo la responsabilidad por ello. Para los que hemos estado en el sector público por largo tiempo, haber participado en solo una reforma es, inclusive, sumamente poco.

Enseñar lo que no se ha hecho, es hacer daño a los alumnos, y en política pública, al país. Por ello, se debe tomar con seriedad las políticas públicas y la gestión pública, partiendo por la preparación adecuada para ejercer la docencia en estas materias. No bastan los títulos y los contactos, la experiencia es necesaria para una enseñanza de calidad y acorde con los retos que afronta el país. He ahí la diferencia entre enseñar y solo repetir textos de memoria. He ahí la importancia de buscar los profesores apropiados para aprender materias de semejante relevancia y responsabilidad.

Afortunadamente, parte de esos exfuncionarios, de esa ex tecnocracia que tanto escuchamos repetir que se necesita que regrese al sector público (a nuestro criterio, con mucho acierto), se encuentra actualmente en la academia. Muchos ya estaban desde antes, en paralelo a su quehacer en el sector público, y han volcado sus carreras al plano académico desde el éxodo masivo de salida de servidores públicos que se produjo a partir de mediados del 2021. Algunos, al ver lo que se ha hecho o se está haciendo con productos que fueron el esfuerzo de sus vidas profesionales, están esperando que se dé el momento con las condiciones adecuadas para volver y reconstruir valor público, mejorándolo. Porque la gestión pública, para quienes se lo toman en serio, y le han dedicado su vida profesional y académica, es un compromiso con el país.

Este es un momento importante, donde el conocimiento a detalle que solía encontrarse en varias instituciones públicas, puede ser encontrado en la academia, que tiene el potencial para ser una aliada estratégica para la recuperación de las políticas públicas y de la gestión pública, tarea que será parte de los retos que afrontará el país en los años venideros.


Escrito por

Karla Gaviño

Consultora en gestión pública, infraestructura e inversión pública. Profesora de la EGP de la Universidad del Pacífico. @KarlaGavinoM


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